No hay duda de que una buena sesión de entrenamiento en casa puede ayudar a mejorar tu salud en general, mejorar tu sistema inmune y mantenerte alerta. Sin embargo, el entrenamiento con pesas puede traer consecuencias desagradables, tales como una lesión si se hace sin cuidado. Para evitar lesiones, y un retroceso en los progresos de entrenamiento, es necesario respetar algunas reglas básicas de seguridad.
Antes de iniciar tu sesión de entrenamiento en casa, calienta
En tu vida diaria, la mayoría de los músculos están en reposo, los movimientos bruscos contra una resistencia pueden provocar lesiones dolorosas. Es por eso que los expertos de entrenamiento recomiendan aumentar la tensión en tus músculos gradualmente.
Los músculos tienen que estar preparados para el estrés asociado con el aumento del ritmo cardíaco y la circulación sanguínea. Durante el calentamiento los músculos se vuelven más fuertes y flexibles. La sangre transporta oxígeno y nutrientes a los mismos y los prepara para las cargas que estén por venir.
Hay varias maneras en que puedes calentar. Si tienes una cinta caminadora o una elíptica, puedes andar en ellas durante 5-10 minutos. Los ejercicios aeróbicos simples como saltar o correr en el sitio y girar tus brazos en círculos también son eficaces.
Después de esto, haz algunos ejercicios de estiramiento dinámicos, prestando atención a todos los grupos principales de músculos.
Mantén una técnica adecuada
El entrenamiento de fuerza siempre conlleva un riesgo de lesión, y si no tienes un entrenador personal para supervisar tu entrenamiento de pesas en casa, es necesario aprender la técnica correcta. Al realizar zancadas o sentadillas, las articulaciones de las rodillas no deben llegar a menos de un ángulo de 90 grados, además, no debes doblar demasiado la espalda. También debes prestar atención a la posición de tus pies; las rodillas deben estar directamente sobre tus pies, y no inclinarse hacia adelante.
Si estás haciendo ejercicios de pesas, para no herir las articulaciones del codo o el hombro no hagas movimientos bruscos o espasmódicos. Además, no estires los brazos por completo, mantén siempre un ligero ángulo en las articulaciones del codo.
Si, en cualquier momento, sientes dolor, no continúes entrenando, ya que esto puede dar lugar a circunstancias desagradables. No quieres parones innecesarios que puedan sabotear tus esfuerzos para ganar músculo.
Usa ropa de entrenamiento cómodas
Tu ropa y el calzado deben ser cómodos. Si te gusta correr o saltar como parte de tu entrenamiento, los zapatos deben tener un buen soporte, con una puntera redondeada y taloneras. También deben estar bien ventilados.
Respetando normas básicas y sencillas como éstas te ayudarán a disfrutar de entrenamientos libres de accidentes.